Paz sin lógica
Vivimos tiempos complejos, desde lo social a lo individual, muchos son los factores que alteran la paz a nivel mundial, pero también muchos otros los que nos alteran a nivel personal.
Dejando de lado la gran problemática de falta de paz en el mundo, que lejos esta de ser Disney, el cual necesitaría páginas y páginas para hablar, aunque sea un poco al respecto, preferiría hoy centrarme en la falta de paz en lo individual.
A menudo vivimos situaciones que no esperamos, y que quizás nos lleven a un terreno donde si hubiéramos podido optar, no lo hubiéramos hecho. Situaciones que como resultado final nos quitan la paz. Muchísimos podrían ser los motivos, para algunos podría ser alguna enfermedad, para otros problemas económicos, falta de trabajo, etc, etc, y así podríamos hacer una lista interminable.
Pero sin detenernos en algún ejemplo en particular, al final de la historia el desenlace es el mismo.
Quien de nosotros no ha vivido alguna situación donde la misma circunstancia lo ha llevado a la encrucijada final de la falta de paz.
Para muchos, el dinero es sinónimo de ella, la estabilidad laboral o una abultada cuenta bancaria. Pero en mi forma de ver las cosas, creo que llega un momento donde inclusive los poseedores de estos beneficios tampoco les alcanza el dinero, como fuente emanadora de paz, y erróneamente, continuando así la búsqueda por otros lares.
Vemos como a lo largo de la humanidad, grandes celebridades o personas de una gran fortuna, tomaron la peor decisión, el suicidio.
Parecería como que, estamos en la constante búsqueda de cubrir esta necesidad interior, y que equivocadamente una y otra vez queremos suplir con factores externos, al pensar que ellos cubrirán esa falta tan profunda.
Hay situaciones donde creo, hasta es difícil de explicar las vivencias, porque solo tiene el real valor para el dueño de la experiencia.
Hace menos de una año, lamentablemente, tuve que vivir la pérdida de un ser querido del seno de mi familia, son esas situaciones donde pareciera que de repente, uno debe bajarse del ritmo que las obligaciones y responsabilidades nos imponen, para confrontarnos con una de las realidades de nuestro paso por esta tierra, la muerte.
Fue ese uno de los momentos donde pude experimentar como una gran realidad las palabras que Dios dejó para nosotros:
“Dios les dará, esa paz que la gente del este mundo no alcanza a comprender, pero que protege su corazón y el entendimiento de los que ya son de Cristo.” (Juan 16:33)
Es esa paz que sobrepasa todo entendimiento humano, toda lógica.
Recuerdo que estaba triste, pero no desesperado, dolido por una pérdida temporal, pero con una gran paz y tranquilidad interior, que solo puede ser patrimonio y entendida por aquellos que alguna vez han tomado la decisión de seguir al dueño de la paz verdadera.
¿Estas viviendo alguna circunstancia especial que te hace desesperar?
Jesús te quiere decir:
“Estas cosas les hablé, para que en mi tengan paz. En el mundo tendrán aflicción, PERO confíen, Yo he vencido al mundo.” (Juan 16:33)
Que alegría me da todo lo que continua a la palabra “PERO”, porque muchos son los que viven solo la primera parte, “En el mundo tendrán aflicción”. Gracias a Dios que no termina allí, porque Jesús ha vencido al mundo.
Y eso significa que quiere darte esa paz, que va mas allá de cualquier lógica humana, El quiere darte esa paz que dejo para ti, pero no como el mundo la da.
Una paz que excede todo conocimiento, disponible para todo aquel que la busca.
Pero solo hay un lugar para hallar el oportuno socorro: JESUCRISTO.
Corre hacia El, y encontrarás la verdadera paz.
Dejando de lado la gran problemática de falta de paz en el mundo, que lejos esta de ser Disney, el cual necesitaría páginas y páginas para hablar, aunque sea un poco al respecto, preferiría hoy centrarme en la falta de paz en lo individual.
A menudo vivimos situaciones que no esperamos, y que quizás nos lleven a un terreno donde si hubiéramos podido optar, no lo hubiéramos hecho. Situaciones que como resultado final nos quitan la paz. Muchísimos podrían ser los motivos, para algunos podría ser alguna enfermedad, para otros problemas económicos, falta de trabajo, etc, etc, y así podríamos hacer una lista interminable.
Pero sin detenernos en algún ejemplo en particular, al final de la historia el desenlace es el mismo.
Quien de nosotros no ha vivido alguna situación donde la misma circunstancia lo ha llevado a la encrucijada final de la falta de paz.
Para muchos, el dinero es sinónimo de ella, la estabilidad laboral o una abultada cuenta bancaria. Pero en mi forma de ver las cosas, creo que llega un momento donde inclusive los poseedores de estos beneficios tampoco les alcanza el dinero, como fuente emanadora de paz, y erróneamente, continuando así la búsqueda por otros lares.
Vemos como a lo largo de la humanidad, grandes celebridades o personas de una gran fortuna, tomaron la peor decisión, el suicidio.
Parecería como que, estamos en la constante búsqueda de cubrir esta necesidad interior, y que equivocadamente una y otra vez queremos suplir con factores externos, al pensar que ellos cubrirán esa falta tan profunda.
Hay situaciones donde creo, hasta es difícil de explicar las vivencias, porque solo tiene el real valor para el dueño de la experiencia.
Hace menos de una año, lamentablemente, tuve que vivir la pérdida de un ser querido del seno de mi familia, son esas situaciones donde pareciera que de repente, uno debe bajarse del ritmo que las obligaciones y responsabilidades nos imponen, para confrontarnos con una de las realidades de nuestro paso por esta tierra, la muerte.
Fue ese uno de los momentos donde pude experimentar como una gran realidad las palabras que Dios dejó para nosotros:
“Dios les dará, esa paz que la gente del este mundo no alcanza a comprender, pero que protege su corazón y el entendimiento de los que ya son de Cristo.” (Juan 16:33)
Es esa paz que sobrepasa todo entendimiento humano, toda lógica.
Recuerdo que estaba triste, pero no desesperado, dolido por una pérdida temporal, pero con una gran paz y tranquilidad interior, que solo puede ser patrimonio y entendida por aquellos que alguna vez han tomado la decisión de seguir al dueño de la paz verdadera.
¿Estas viviendo alguna circunstancia especial que te hace desesperar?
Jesús te quiere decir:
“Estas cosas les hablé, para que en mi tengan paz. En el mundo tendrán aflicción, PERO confíen, Yo he vencido al mundo.” (Juan 16:33)
Que alegría me da todo lo que continua a la palabra “PERO”, porque muchos son los que viven solo la primera parte, “En el mundo tendrán aflicción”. Gracias a Dios que no termina allí, porque Jesús ha vencido al mundo.
Y eso significa que quiere darte esa paz, que va mas allá de cualquier lógica humana, El quiere darte esa paz que dejo para ti, pero no como el mundo la da.
Una paz que excede todo conocimiento, disponible para todo aquel que la busca.
Pero solo hay un lugar para hallar el oportuno socorro: JESUCRISTO.
Corre hacia El, y encontrarás la verdadera paz.
Autor: Fabio Miguel Pereyra
4 comentarios:
Creo que la diferencia entre quien tiene Fe y quien no, radica básicamente en la esperanza.
Muchos de los infortunios son asumidos por el creyente con la idea de que, aquí en la tierra, o en el Cielo, acabarán.
La otra cuestión pasa por el tema de "el último recurso". El infortunado cuyo don más preciado era el dinero y acaba de quebrar, probablemente haya fundado su sostén integral, incluyendo toda su esperanza, en este bien, que constituye de esta manera su último recurso.
El asunto es que todos los recursos tangibles son finitos, aún la vida misma.
Entonces, cuando acaban ¿Que es lo que queda?
El creyente confía en un recurso infinito, al que accede desde la Fe. Allí radica su esperanza y su consuelo.
El creyente no se queda sin recursos. Su paz está en su Señor.
Dany: Eso me gusto mucho!
El creyente nunca se queda sin recursos.
Un abrazo.
Fabio
Sabes amigo, nosotros somos hijos de Dios,por ende "somos hijos para pedirle cosas a Papa, y todo lo que tiene El me lo da a mi que soy su Hijo,entonces que tiene Dios, amor, me lo da, paz, me la da, y asi muchas cosas mas.
Y puedo garantizar que la paz de Dios realmente sobrepasa todo entendimiento,y que no se puede explicar.Solo esta para ser vivida.
Arreglador, tal como vos lo dijiste, solo de un lugar viene la paz verdadera.
Un abrazo y nos vemos el domingo!
Fabio
Publicar un comentario