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lunes, 30 de julio de 2007

Un gran privilegio

Hace un tiempo escuchaba a alguien decir acerca de lo complejo que resulta vivir la vida cristiana, de la dificultad que representa seguir los pasos de Jesús, que no es nada fácil vivir una vida acorde a la voluntad de Dios, haciendo de la vida cristiana una imposición sufrida, más que algo que se pueda vivir como un deleite.

Esto me hizo reflexionar y me propuse el ejercicio de mirar mi vida hacia atrás, para hacer cuentas de cómo había transitado mis días hasta hoy, y si en realidad tratar de vivir una vida cerca de Dios fue algo que disfrute o lamenté.

Recuerdo cuando era un niño de ocho años y perdí a mi padre carnal, estoy seguro que hubiera sido muy difícil reponerme en mi vida a esa gran pérdida, si no hubiera sido porque creí con todo mi corazón la promesa que “el Señor estaría conmigo todos los días hasta el fin”.

Cuando me tocó transitar por el valle de sombra y de muerte no tuve miedo, porque el Señor estuvo conmigo. Luego vinieron los momentos de miedo, pude recordar sus palabras casi en mi oido, “No temas, porque yo estoy contigo, no desmayes porque yo soy tu Dios que te da fuerzas, siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con mi diestra de justicia”.
Cuando llegaron las tormentas, Jesús estuvo allí para dar la orden que cese el viento y calle el mar, cuando la decepción parecía adueñarse de mi vida la fidelidad de Dios se hizo mas fuerte que nunca, demostrandome que todo pasa, pero que su fidelidad es algo inalterable.
Estoy seguro que si alguna vez tendría que vivir la escases El estará allí, para multiplicar mis pocos panes y peces en alimento para miles, que cuando el afán y la ansiedad se apodere de mi, sus palabras sonaran nuevamente, “hijito, mirá las aves del cielo, ni siembran, ni siegan, sin embargo Dios la alimenta,¿No vales tu mucho más que las aves?, que si alguna vez caigo en mi condición de humano falible El estará allí para defenderme y decirme; “El que esté libre de pecado que arroje la primera piedra, yo no te condeno, vete y no peques mas”, cuando los vientos derrumben las casas de mi alrededor yo podré estar seguro, ya que mi casa esta fundada sobre la Roca, y que si la enfermedad tocará mi hogar, las palabras finales de esa vivencias seran: “toma tu lecho, levantate y anda”


Tengo muchos sueños personales y planes pensados a futuro, algunos de la vida familiar, otros respecto a lo profesional, y quizas otros de índole ecónomicos, pero estoy absolutamente seguro que si alguna vez podría llegar a concretar todos ellos en su máxima potencia, nada nunca podrá compararse con la grandeza de haber conocido al Dios que me amó desde el vientre de mi madre, y me dio la gran oportunidad de vivir la vida con la condición de ser alguien pleno, por haberle conocido.

En ciertos momentos pienso en lo difícil, lo angustiante, lo sin rumbo, que sería vivir sin haberle conocido, y una de las incógnitas más grandes que tengo es como pueden las personas vivir lejos de Dios, siendo que el preparó una vida abundante para nosotros, quizás piense así porque tuve el privilegio de conocer lo que significa vivir bajo su cobertura.

Por lo general soy de las personas que se inclinan por el dialogo serio, formal y lógico, adepto de los conferencistas, pero por momentos me invaden las ganas de pararme en la calle y gritar como un fanático: Por favor no vivan más así, ¿No se dan cuenta de lo que se están perdiendo?

Mi conclusión final se parecen a los versos de esa conocida canción

“¿Que sería de mi si no me hubieras alcanzado, donde estaría hoy si no me hubieras perdonado?”

Quizas vivir el cristianismo a veces no resulte tan sencillo, pero no me cabe la menor duda que vivir sin Jesús es mucho, mucho mas difícil.

Mi deseo es, que tengas el mismo privilegio que tuve yo, conocer al que tiene al mundo en la palma de su mano.

La vida sin Jesús no tiene sentido, quizas algún día me anime a gritarlo por las calles.

Esta es mi forma de ver al respecto, me gustaría que me cuentes la tuya.




Autor: Fabio Miguel Pereyra
http://reflexionesbreves.blogspot.com

viernes, 27 de julio de 2007

La soledad

La realidad de nuestros tiempos nos muestra como los niveles poblacionales crecen a nivel mundial, no tengo a mano ninguna estadística confiable, pero supongo que cada diez minutos la cifra de natalidad se incrementa de a tres dígitos por lo menos, aunque puedo estar errado en mi suposición estadística.

En definitiva vivimos en un mundo con millones de personas redeandonos, lo curioso o contradictorio de esta imagen es que aunque somos millones, cada vez son más las personas que experimentan el sentimiento de soledad.

Seguramente no soy el indicado para opinar con conociendo de causa sobre este sentimiento, pero supongo que debe ser una gran carga vivir angustiado por la soledad.
Aunque también existen las personas a los cuales este sentir no les representa angustia ni lo viven como un problema, se que hay muchos a los cuales “La Soledad” les representa una gran carga la cual no pueden manejar, condiciona sus vidas, influye en la construcción de su futuro con esperanza, entre muchas otras cosas.

Como ya dije anteriormente, tanto la soledad como muchos otros sentimientos o circunstancias de la vida , que quizás hoy estemos experimentando, impone en nuestras espaldas un dura carga que llevamos, ocasionado en nuestro interior un cansancio que excede lo que podemos soportar, mostrando evidencias también en nuestro en nuestro exterior.

A veces cuando me siento a escribir temo aburrir con mis puntos de vista personales, o con mis palabras, en definitiva puede que a veces aburran o simplemente no causen efecto alguno, es probable. Pero tengo la seguridad que hay otra palabra que tiene un efecto tan grande que es capaz de transformarnos desde nuestro interior hasta nuestro exterior, y esta es la palabra de Dios.

Si la soledad, algún otro sentimiento o alguna situación ha puesto sobre tus espaldas una carga tan grande que ya no sabes como manejarla, recuerda las palabras de Jesús:

Vengan a mí todos ustedes que están cansados y agobiados, y yo les daré descanso

Dios nos dice que pongamos nuestras cargas en Él, ya sea que estas nos han sido dadas por el mismo Señor para que aprendamos algo o han sido impuestas por nosotros mismos como resultado de las decisiones que tomamos. Aguantar el peso de cargas que no estamos supuestos a llevar, no sólo repercute en nosotros espiritualmente, sino que nos deja física y emocionalmente golpeados.

La única condición para el encuentro que produzca el anhelado descanso se llama Fe, algo tan preciado como gratuito.

Soledad, desilusión, enfermedad, etc etc. ¿Cuál es la carga que hoy parece hacerte desmoronar?

La invitación esta nuevamente hecha, no perdamos la oportunidad de correr hacia Jesús, quien dispuesto está a llevar nuestras cargas y darnos descanso.


Autor: Fabio Miguel Pereyra
http://reflexionesbreves.blogspot.com/
Bases del autor: Mateo 11:28

sábado, 14 de julio de 2007

Una búsqueda permanente


Hace poco pensaba en las diferentes maneras en que los seres humanos optamos por vivir esta vida, me refiero a los distintos hábitos en la búsqueda de felicidad.

Al margen de estas diferentes maneras quisiera profundizar en el concepto de felicidad, ¿Qué es la felicidad?, seguramente habrá tantos conceptos al respecto como personas, es que para algunos se define de una manera, y para otros de otra.

Una teoría que he escuchado mucho en los últimos tiempos dice que no existe la felicidad permanente, y que ella solo se vive de a momentos, ligada solamente a situaciones agradables que nos toca vivir. Según este concepto solo podemos ser felices de a ratos, según la circunstancia que estemos viviendo, pero que al concluir esta “feliz” situación ella vuelve a desaparecer.

Respetando la diversidad de pensamientos, considero que este es un concepto errado, y que esta definición no corresponde a la verdadera felicidad, sino a una alegría pasajera.

Creo que la felicidad esta sumamente ligada a la plenitud, la cual es un sentimiento interior que no depende de situaciones externas, esto quiere decir que podríamos estar viviendo una situación no alegre pero al mismo tiempo sentirnos plenos y felices.
Quiero decir que la carencia de alegría no necesariamente signifique ausencia de felicidad, plenitud desde mi visión.

Lo que si esta claro a ojos de todo el mundo, es que estamos en una constante búsqueda de plenitud, ya que necesitamos sentirnos plenos y felices.

En este camino de búsqueda algunos se encaminan hacia el dinero, pensando encontrar en el la fuente de plenitud, es muy común encontrar este tipo de razonamiento: “El dinero te hace pleno y feliz”, entonces nuestros esfuerzos en la vida se acorta a la visión de hacer dinero, creyendo encontrar la plenitud.

Pero la historia nos muestra como muchas personas con dinero tomaron la triste decisión de terminar con sus vidas suicidándose, al no encontrar en el la verdadera fuente de plenitud, llenos de riquezas pero carentes de plenitud.

Alguien muy rico dijo alguna vez, soy tan pobre que lo único que tengo es dinero.

Otros por ejemplo, en esta constante búsqueda lo hacen en el placer corporal, creyendo que la exploración de diferentes hábitos en lo que respecta a lo sexual pueda darles la verdadera plenitud.

Hoy en día los diferentes movimientos a favor de la homosexualidad, lesbianismo y el libertinaje sexual crean en este mundo una tendencia hacia la búsqueda de plenitud verdadera en estos hábitos.
Quisiera aclarar que por supuesto no creo que el sexo sea algo malo ni mucho menos impuro, pero si que este no puede satisfacer la profunda necesidad interior de verdadera plenitud, y que las prácticas desordenadas inconscientemente nos hacen sembrar situaciones dolorosas y no deseadas que en un futuro cosecharemos.

Otros creen que la fama será la autorizada para darnos la tan anhelada plenitud, por lo cual el objetivo de algunas personas se limita a ser famoso, pensando que cuando se alcance esta condición la carencia interior será saciada para siempre
Como en el primer de los ejemplos podemos ver que muchos de los que han alcanzado
“fama” por diferentes motivos no se han sentido verdaderamente plenos, solo quizás alegres de a momentos.

Sería oportuno que nos preguntáramos :

¿Vivo una vida plena?

¿Por qué camino estoy buscando plenitud?


Creo firmemente que la felicidad y verdadera plenitud solo se puede experimentar a través de una relación personal con Dios, ya que solo El puede provocar en nuestro interior el saciamiento de esta necesidad.

Dice la Biblia, que debemos conocer el Amor de Cristo, el cual excede a todo conocimiento, para que seamos llenos de toda la plenitud de Dios.


Por supuesto que no condeno a quienes buscan esta saciedad por otros lares, pero si me gustaría poder compartirles la “Gran Noticia” que no existe la necesidad de buscar en estilos o hábitos alternativos, que la plenitud y felicidad verdadera solo se puede conocer cuando nos volvemos hacia Dios, ya que el quiere darnos mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos, quiere abrir nuestros ojos para comprender y vivir la verdadera plenitud.


No hay felicidad y plenitud verdadera sin conocer a Jesús, ni en esta vida ni el la venidera, el ferviente deseo de este Dios de amor es que le conozcas de manera personal, para que puedas experimentar una nueva vida que ponga fin a todas tus búsquedas innecesarias.

Hoy Jesús esta a la puerta de tu corazón y te llama, si tu le abres El entrará y renovará toda tu casa.


¿Qué harás ante su amoroso llamado?




Autor: Fabio Miguel Pereyra
http://reflexionesbreves.blogspot.com

Bases del autor: Efesios 3:19