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lunes, 17 de septiembre de 2007

¿Fé vs. Intelecto?

Existe una arraigada y fuerte corriente de pensamiento donde se asocia las cuestiones de la fé a la ignorancia, en el mejor de los casos a la pobreza intelectual o a la falta de inteligencia.

La tendencia humanista pareciera dejar como un concepto válido que solo hay extremos, el de la fé donde indefectiblemente se asocia a lo pobreza intelectual, haciendo de ella un valor no apta para aquellos que tengan un noble deseo de propia superación, o de progreso aún en los terrenos que involucran áreas intelectuales.

Esta corriente de pensamiento define a los que encuentran en la fé un terreno indispensable en la vida como los pobres del intelecto. Veo como inclusive muchos cristianos han limitado gran parte del potencial que Dios le dió para tareas que involucran su intelecto por pensar que no es válida la conjunción de ambos factores.

En definitiva, como se podrán dar cuenta esta reflexión apunta a combatir ese pensamiento aceptado por muchos, donde fé e inteligencia o intelectualidad son pares del agua y el aceite, quiero decir totalmente incompatibles entra si.

Si bien las cuestiones relativas a la fé en la gran mayoría de los casos no se pueden medir con la lógica humana, creo que en muchas otras esta no va en contra de las creadas en el cerebro humano.

Para comenzar quisiera referirme a algunos factores que influyen en gran manera en la formación intelectual de las personas.

Entendiendo al ser humano como un ser integral, compuesto por alma, cuerpo y espíritu vemos como las cuestiones de nuestra alma o parte sentimental influyen de una manera directa en nuestra mente, limitándonos o potenciándonos, según sea el caso.

Ejemplifiquemos pensando en alguien que se prepara muy arduamente para la obtención de un título universitario, debe tener su mente descansada y renovada para poder llenarlas de conociendo intelectual, pero existen factores como las diferentes clases de miedos, la falta de paz, la falta de esperanza ante los problemas que la vida nos somete, complejos en general, la inestabilidad e incertidumbre sobre al futuro, etc, etc, que condicionan de una importante manera nuestras mentes, restando de ella una gran potencialidad con la que fuimos creados por Dios.

En definitiva algunos de estos ejemplos solo intentan demostrar como algunas carencias y faltas de respuestas en el área de lo espiritual puede influir en gran manera en las áreas del intelecto.

Dice la Biblia en 2 Corintios 5: 17

“De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es: las cosas viejas pasaron; he aquí son todas hechas nuevas.”

Indefectiblemente, creo que los que han tomado las decisión de ser seguidores de Jesús, están en pleno proceso de transformación, y todas sus áreas comienzan a ser nuevas.

Existe un trabajo de restauración totalmente integral, que el Espíritu Santo se encarga de realizar en nuestras vidas, incluyendo absolutamente todas las áreas de nuestra humanidad, sin la exclusión de las relativas a las de la mente o del intelecto.

Cuando el hombre vive en un estado de pecado constante sin conciencia de el, esas acciones lo alejan de Dios, y abren las puerta a que situaciones como las que nombramos anteriormente como miedo, falta de paz y esperanza, etc etc, condicionen la mente humana, limitándola. Pero cuando la persona por decisión propia se vuelve a Dios, comienza este perfecto trabajo del Espíritu de Dios, haciendo nuevas todas las cosas en nosotros, pero no solo en las áreas que normalmente solo se asocian a lo espiritual, sino que también este trabajo de restauración comienza a cambiar nuestra mente, afectándonos de manera positiva, llevándose los miedos que nos agobian, cubriéndonos con una paz inmensa, brindando esperanza para el presente y el futuro, etc,etc.

En conclusión, creo que este proceso de restauración potencia nuestro intelecto para poder alcanzar metas u objetivos que de otra manera se verían amenazados por obstáculos naturales que cualquier persona que vive lejos de Dios no puede resolver en su interior. Creo que estudiantes universitarios, profesionales en sus empresas pueden alcanzar una superación intelectual adicional cuando tienen una vida rendida a Dios, ya que el proceso de transformación de su Espíritu se encarga de reestablecer lo anteriormente perdido por los efectos negativos del pecado en nuestras vidas, devolviendo capacidades perdidas.

Resumiendo, si eres unos de los que has decido seguir a Jesús tienes todas las armas para poder superarte, en tu lugar, sea cual sea tu actividad, aún en momentos de debilidad puedes confiar que esta restauración traerá como consecuencia un crecimiento constante de nuestro intelecto e inteligencia, y que este repercutirá de manera significativa en nuestras actividades, ya que desde este punto de vista fé en Jesús indefectiblemente significa también crecimiento intelectual.


Autor: Fabio Miguel Pereyra
http://reflexioenesbreves.blogspot.com

martes, 11 de septiembre de 2007

Agua que calma la sed verdadera

Eran como las doce del mediodía, judíos y samaritanos por cuestiones socioculturales de época no se hablaban entre si, sin embargo Jesús sentado al lado de un pozo de agua, le dijo a una mujer de Samaria que se acerco:

“Dame un poco de agua”

Pero como no era la costumbre que un judío le hable a alguien de samaria, la mujer le preguntó:
“-¡Pero si usted es judío! ¿Cómo es que me pide agua a mí, que soy de Samaria?

Jesús le respondió:

“Tú no sabes lo que Dios quiere darte, y tampoco sabes quien soy yo. Si lo supieras, tú me pedirías agua, y yo te daría el agua que da vida.”

La mujer le dijo: “- Señor, ni siquiera tiene usted con qué sacar agua de este pozo profundo. ¿Cómo va a darme esa agua?

Jesús le contestó: “Cualquiera que beba del agua de este pozo volverá a tener sed, pero el que beba del agua que yo doy nunca más tendrá sed. Porque esa agua es como un manantial del que brota vida eterna.”


Estos diferentes pueblos no se hablaban entre si, no era común el que se establezca la comunicación entre ellos, y de una manera similar quizás estés pensando que Dios no puede hablarte, que solamente esta es una experiencia solo para para los místicos, religiosos, para los débiles o para los ignorantes.

Sea cuál sea tu condición Dios quiere hablarte, y quiere que conozcas el verdadero propósito de tu vida.

Vemos como Jesús le hablaba a la mujer de un “agua que sacia verdaderamente”, El hacía referencia a cuestiones muy profundas, situaciones de carencia del ser humano, hablaba de una verdad que va más allá de lo que podemos ver, verdades netamente espirituales. Sin embargo la mujer solo interpretaba a niveles muchísimo mas bajo, ella solo entendía sobre el agua que tan solo es agua física, cuando en realidad Jesús le hablaba de algo muchísimo mas grande.

Seas quien seas, hayas nacido donde hayas nacido, creas o no creas, quizás tú también cometas una mala interpretación, creytendo que relacionarte con Jesús signifique un cambio de religión, o creas que otras imposiciones religiosas te quitarán libertad. Si fuera que esto es lo que tu crees, permíteme decirte que estas cometiendo el mismo error que la mujer, y que no sabes lo que Dios quiere darte, El te habla de verdades espirituales para saciar la sed que tienes, te habla de transformación para tu vida y la de tu familia, te habla de vivir una vida en abundancia

Coincidentemente son las doce del mediodía, la misma hora en que el maestro rompió los códigos entre estos pueblos enemistados y le habló a la mujer, estoy seguro que de la misma manera quiere entablar una relación contigo, también quiere romper tus códigos para establecer un vínculo que comenzó con una iniciativa de parte de El, una relación que fue anhelada por Dios desde que estabas en el vientre de tu madre, porque te amó con amor eterno.

Jesús quiere hoy hablarte de un agua que puede cambiarte para siempre, no pienses solo en H2O, pero si quizás has estado bebiendo de otras aguas amargas El quiere restaurarte y que nunca más tengas sed, porque quiere darte a beber esa agua que es un manantial del que brota vida eterna.

Es una profunda invitación que requiere una firme decisión de tu parte:

¡Vuélvete a Jesús y bebe del manantial de la vida!



Autor: Fabio Miguel Pereyra
http://reflexionesbreves.blogspot.com/

Bases del autor: Juan 4

lunes, 3 de septiembre de 2007

El Perdón

Perdonar, una tarea a la que el cristiano no puede hacer oídos sordos, una práctica que muchas veces conlleva con ella misma un sentimiento de alivio tanto para el que perdona como para el que es perdonado.

Sin duda que el no perdonar nos ata en nuestro interior, y se encarga de hacer crecer grandes sentimientos de rencor, amargura, etc, etc, creando un germen con capacidad de crecer y condicionarnos.

Tambien entiendo que no siempre perdonar signifique reestablecer la anterior relación o situación, pero indefectiblemente creo que es necesario el perdón, en más de una oportunidad esto no es tan fácil, y a veces entra dentro del rango de lo imposible.

Quizás ante la mayoría de las ofensas que recibimos o cometemos no sea tan complejo el ejercitar esta disciplina, ya que está mas que claro que todos somos seres falibles y que cometer errores que dañen u ofendan a otros, de alguna u otra manera es algo que todos atravesamos o cometemos en más de una oportunidad.

Entonces podríamos decir que acordamos que corresponde perdonar cuando la falta que cometimos o nos cometieron es del tamaño “Standard” o normal.

¿Quién de nosotros no ha perdonado alguna falta de las consideradas comunes o normales?, creo que todos, y es más, tampoco creo que haya discusión acerca de este tipo de perdón. Hasta aquí podríamos decir que todos estamos de acuerdo.

Lo que sucede es que seguir las enseñanzas del maestro no es una tarea que cualquiera pueda interpretar de una manera lógica, tampoco que se pueda comprender solo con el intelecto.

Dijo Jesús

“Ama a tu enemigo.” Esto es imposible de entender.

También dijo

"Porque si perdonáis a los hombres sus ofensas, os perdonará también a vosotros vuestro Padre celestial; mas si no perdonáis a los hombres sus ofensas, tampoco vuestro Padre os perdonará vuestras ofensas." (Mateo 6:14-15)

Pero que sucede cuando hablamos de situaciones muy graves, que desataron años de dolor, vidas frustradas, daños físicos y psíquicos que repercutieron a través de toda nuestra vida.

¿Que pasa con el padre que abandona a su hijo sin importarle nada?,¿que pasa con un violador que se aprovecha de la inocencia?, ¿que sucede con muchas otras situaciones que son tan complejas que parece imposible aplicarles perdón?

¿Tenemos también que perdonarlas?

¿Amar a nuestros enemigos, Perdonar siempre?

Esto es lógicamente imposible y creo que no estamos humanamente preparados para perdonar este tipo de herejías.

Sería muy fácil para mí sacar mi librito de cristiano y decirle a todo el mundo que en toda situación hay que perdonar, pero seguramente yo no comprendo por no vivir esa experiencia la magnitud y el dolor de la vivencia ajena, seguramente, angustias, secuelas, etc etc.

¿Cómo le digo al hijo abandonado y despreciado por su padre que tiene la obligación de perdonarlo?, creo que ese dolor merece respeto y no se soluciona solo con la guía de un manual.

Y seguramente si este hijo quiera en su buena intención perdonarlo se encuentre con la dualidad de querer pero no poder hacerlo.

Es que simplemente no estamos capacitados para hacerlo por nosotros mismos.

Por tal motivo es tan chocante cuando nos ponemos en el libreto de perdonar todo ante quien no quiere o no puede.

El poder perdonar estas situaciones no está dentro de las capacidades humanas.

Lo que sucede que seguir las enseñanzas de Jesús a veces significa ir en contra de toda lógica, pero el único que nos puede sanar de esos dolores arraigados en nuestro interior es El.

Enseña la Biblia que el Espíritu Santo nos ayuda en nuestra debilidad, y solo es capacidad de El poder perdonar todo.

¿Hay dolor por no poder perdonar en tu vida, o por lo que te ocasionaron?

Esta vez no te diré Perdona todo, te diré vuélvete a Jesús, y El con su Espíritu Santo se ocupará de mostrarte lo que debes hacer, te guiará a sanar toda situación del pasado y si le buscas de todo corazón te dará la capacidad de perdonar de una manera sobrenatural, esa capacidad que no tenemos y que solo podemos adquirir y entender cien por ciento viviendo cerca de El.

Lejos de Jesús solo hay una vida carente de plenitud.


Autor: Fabio Miguel Pereyra

http://reflexionesbreves.blogspot.com

Nota : ¡Gracias a todos los que participaron en la opinión abierta!