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lunes, 11 de febrero de 2008

Marketing religioso

Desde hace un tiempo, en más de una oportunidad que noto algo que me incomoda, y es como se utiliza el mensaje de Cristo de una forma desordenada, como si fuera una transacción monetaria o financiera, o en algunos otros casos el ofrecimiento barato de la rápida solución a todos nuestros problemas.

“Venga a Dios y alcanze todos sus sueños”, “venga a tal o cual iglesia y reciba el gran aceite de la unción que le abrira todas las puertas en su vida”, “adquiera el manto sanador y sea libre de cualquier enfermedad”.

No es mi intención transitar el camino de la crítica hacia determinada comunidad religiosa, pero si me siento en el deber de defender un mensaje que es tan puro y benigno, como para bajarlo a un simple slogan publicitario o comercial, que tiene el objetivo de conseguir fieles a cualquier precio, que acudan ante las promesas mágicas.

Personalmente, creo en un Dios que si esta siempre dispuestos a bendecirnos, prosperarnos y darnos lo mejor, es más, sería muy desagradecido de mi parte no reconocer que El siempre estuvo dispuesto a ayudarme en cada área de mi vida, no puedo dejar de reconocer que ese pasaje donde dice; “Si Dios cuida de las aves, tambien cuiadará de mi” fue una realidad para mi, pero esto no es lo que esta en cuestión en este caso, simplemente el mal uso que se hace de las promesas de Dios, para endulzar el oido de muchas personas que ante ciertas carencias acude a la solución “magica” impulsada de varios lares.

En este juego deshonesto, donde las fórmulas para alcanzar el éxito se pueden llevar a cabo en pocos pasos, seduce a muchos, que terminan comprando un seudo cristianismo que radica en el “Bendíceme Ya!”, “Sáname Ya”, “Prospérame Ya”, convirtiendo a Dios en nuestro simple mandadero, en vez de conocer a un Dios dispuesto a tener comunión con sus hijos.

Es muy probable que luego de alcanzar alguna respuesta concreta, estas personas crean que ya no necesitan de Dios, ya que su problema fue resuelto, y de esta forma crean que el cristianismo solo esté relacionado a solucionar todos nuestros problemas, o alcanzar todos nuestros sueños, aunque muchos de estos no hayan sido concebidos en la voluntad de Dios.

Me pregunto entonces, ¿donde quedaron las palabras de Jesús cuando dijo?

“Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame.”

“Vosotros sois mis amigos, si hacéis lo que yo os mando”.

quizás la gran diferencia este en entender que seguir a Jesús también tiene sus requerimientos, y que el primer solicitante es El, su demanda es entregar nada más y nada menos que nuestra vida entera e El, sin esta experiencia todo lo demás se convierte en una innecesaria adulteración de principios bíblicos.

Me parece oportuno, más allá de emitir ningún juicio de valor en contra o a favor de su persona, citar alguna frase de un gran estratega militar, que creo viene al caso.

Decía Napoleón Bonaparte:

“Solamente Cristo ha tenido éxito en elevar de tal modo la mente del hombre hacia lo invisible que llega a ser insensible a las barreras del tiempo y del espacio. A través del abismo de 1800 años Jesucristo hace una demanda que es más difícil de satisfacer que todas las otras. El solicita aquello que una filosofía puede a menudo buscar en vano en manos de sus amigos, o un padre de sus hijos, o una desposada de su esposo, o un hombre en su hermano. El solicita el corazón humano; quiere tenerlo enteramente para Él; lo demanda incondicionalmente, y su demanda es satisfecha sin tardanza. Sus poderes y facultades llegan a ser una incorporación al imperio de Cristo. Todo aquél que cree sinceramente en Él, experimenta ese amor sobrenatural hacia él. Este fenómeno es indescriptible, está más allá de la comprensión de los poderes creativos del hombre. El tiempo, que es el gran destructor, no puede ni agotar su fuerza ni poner un límite a su alcance.”

La experiencia personal con Jesucristo no puede ser desmerecida a solo alcanzar bienes, salud, etc, lo cual estoy convencido que Dios si quiere darnos en su voluntad, pero sin esta genuina vivencia todo lo demás se convierte en supeficiabilidad, carente de plenitud y de entender el verdadero propósito para el cual fuimos llamados.

Busquemos primeramente el reino de Dios, y todo lo demás nos será añadido.

Autor: Fabio Miguel Pereyra

http://reflexionesbreves.blogspot.com

Bases de autor:

Mateo 16:24

Juan 15 14

Juan 3 38

Mateo 6:33